Nunca sabrás de lo que es capaz de hacer Kristina Bell a solas con apetito carnal acumulado. Esta hermosa blanquita de cabello negro; aburrida con los lujos que puede ofrecerle su departamento. Sale a disfrutar de la vista y termina quitándose la ropa siendo de esta forma en la que se excita y comienza a jugar con sus pezones, hasta quedarse sin nada que la cubra. Inmediatamente sale se dirige a su habitación y desempolva aquel amiguito que tanto placer le ha brindado durante tanto tiempo. Comienza a jugar con su juguete sexual cual niña con muñeca nueva.
El estímulo resulta tan fructífero que colabora en la lubricación de la vagina. Allí es notorio el placer y la confirmación son sus gemidos, los cuales, han llamado la atención de vecino. Quien bondadosamente se acercó a su espacio para saber qué sucedía, la encontró masturbándose en su casa y Kristina Bell no se apenó, no intentó cubrirse, solo siguió en lo suyo. Su huésped, al notar esta tranquilidad coloca sus manos a explorar la entrepierna femenina, cautivándola lo suficiente para que esta busque de saciar su apetito sexual con él; sin más, se agacha y le desabrocha la bragueta al man para ofrecerle un estupendo sexo oral, de aquí puedes imaginarte el resto; la nena recibe una follada que la saca de la depresión y soledad que sufría cabalgando sobre la polla cual diosa.