Dos adolescentes de secundaria estaban haciendo trabajo comunitario, ayudando a una vecina a lavar su coche. La chica vestida de porrista quería follar, por lo que le muestra sus tetas pequeñas, pero el chico no parece demasiado interesado. Eso la molesta demasiado y le empapa la camisa con espuma como venganza. Él no tiene ganas de utilizar una camisa mojada, por lo que prefiere quitársela y pedirle prestada una a la vecina. Esta, una mujer madura que lleva bastante tiempo sin que alguien se la follase, le tuvo ganas nada más verlo, por lo que le invita a pasar. Tienen una breve conversación, que culmina cuando ella se saca sus grandes tetas, haciéndole una invitación para follar.
Mientras tanto, afuera la porrista se ha cansado de limpiar, así que pasa para buscar a su compañero. Se sorprende bastante al encontrarlo con la mujer madura haciéndole una felación, ambos completamente desnudos. La joven se molesta, pero no porque la haya dejado sola, sino porque no la invitaron a unirse. Rápidamente se agacha para empezar a chupar también; al poco rato, el adolescente las está follando a ambas por turnos, dándole a cada una su ración de polla, mientras ambas mujeres se complacen entre sí.
