Una rubia que le encanta mamar hace una mamada bestial

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Una rubia que le encanta mamar hace una mamada bestial. Desde que era un simple adolescente me gustaban las mujeres que no lo pensaban dos veces para consentirme. Es que, lo fascinante de las mamadas es que no hacen falta quitarse toda la ropa. Mantenerme calmado mientras ella hace todo el trabajo también es algo que me gusta ¿porqué no?. A ellas también las gusta escucharnos emitir sonidos que traducen el placer que están produciéndonos con sus acciones sexuales.

Sin duda una mamada es muy, pero muy exquisita para un hombre (claro, dependiendo de qué tan buena sea la mujer chupándola). Lo cierto es que si estás de mal humor, la solución es una mamada, si te hace enfadar, lo solucionan con una chupada de las buenas. Si estás triste, incluso podría hacerte sentir mejor una mamada (también un polvito a continuación de esta) pero, si no tienes ganas de quitarte la ropa. Ellas tan solo bajan el cierre, desabrochan el pantalón. Ves esa hermosa cabellera moviéndose de lado a lado en tu entrepierna cual si se tratara de una competencia, un maratón. En este caso estaba solo en casa y fue una de mis mejores amigas, una rubia a la que le tenía unas ganas indescriptibles, sé que, es recíproco, por eso la invité.

Teníamos tiempo manteniendo conversaciones sucias y crudas acerca de todo lo que nos haríamos estando a solas y, el truco de «ver películas en casa» nunca falla, creo que no hay mejor forma de decirle a una fémina para tener sexo que esa indirecta. En fin, en un abrir y cerrar de ojos ya no teníamos ropa. Ella se encontraba arrodillada jugando con mi pene cual juguetito de niño, se lo llevaba a la boca una y otra vez. Fueron 20 minutos en los que pude recorrer su boca entero con mi miembro sin dificultad alguna. Incluso conocí hasta la garganta. Lo mejor de todo fue que le encantó el hecho de que eyaculara en su cara todo el producto de semejante mamada.

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Date: enero 12, 2017