No es mi culpa hermana, es tuya, tú empezaste. Mamá salió a hacer unas compras al supermercado y nos dejó viendo la televisión, mi hermana dijo que iba a tomar una siesta porque estaba agotada. Después de un rato fui a su habitación para preguntarle algo, en lo que llego estaba tocándose y no pude resistirme a capturar el momento en vídeo mientras también estaba por volverme loco solo observando desde la puerta. Por lo que tomé la decisión de colaborarle a experimentar placer y me acerqué con el pene erecto a incrustárselo en entre esas carnosas nalgas.
Fue una sorpresa para ella, yo solamente le pedí silencio y que me dejara hacer el trabajo para ambos tener una tarde inolvidable. En pleno coito por supuesto que su respuesta fue positiva así que continué sin más contemplaciones. Probamos varias posiciones sexuales con las que le hice gemir como nunca imaginé, incluso tuve oportunidad de dejarle una buena corrida interna.